¿Por qué es necesario filtrar? Filtración en vinos de alta calidad

 

Aceptemos, de principio, una premisa que permita unificar nuestro discurso: se entiende por filtración la práctica que persigue, como objeto último, la separación de las partículas sólidas contenidas en un fluido, bien sea líquido o gaseoso. Y asumamos, a continuación, que este proceso constituye un tratamiento indispensable en la Enología actual porque permite la purificación y singularización del vino que, de otra manera, podría arrastrar elementos sólidos extraños y, en muchos casos, indeseables.

Evidentemente, su aplicación varía en función de los parámetros elegidos: el diámetro de las partículas que deseamos separar, la carga eléctrica que contienen, su poder colmatante y la viscosidad y tensión superficial del medio dispersante sobre el que se trabaja, en este caso el vino. Y para ello se recurre a diversas técnicas de filtración como ‘kielsegur’ o de tierras, por placas, ‘cross-flow’ o tangencial y mediante cartuchos filtrantes, entre muchas otras.

 Fijadas esas sencillas pautas de análisis, no resulta demasiado complicado detallar la razón última de este proceso, la filtración y micro filtración antes del embotellado, recordando las diferencias que existen entre filtración nominal y absoluta, dos factores que resultan determinantes para la realización de un correcto planteamiento de la filtración en el vino.